sábado, 21 de noviembre de 2009

Primeras impresiones

Saludos terrícolas. Desde el planeta África.

Este es un blog dedicado a mi estancia en Ghana, país que rápidamente situaréis todos entre Costa de Marfil y Togo. Vuelvo aquí a explorar los orígenes de la consultoría (la esclavitud) y para ayudar a esta pobre gente a poder descargarse politonos y videos porno en sus móviles con tecnologías de últimísima generación. Aquí no existen horarios, ni fines de semana, ni separación de vida personal y laboral, todo es uno. Si sales fuera vas con gente del trabajo y cualquier rato libre que tengas puedes encender el ordenador y hacer algún informe. A pesar de todo estoy seguro de que hay cosas que molan, todo es cuestión de encontrarlas y contarlas. Las que no molan me encontrarán ellas solas.

Para poneros rápidamente en antecedentes, Ghana es unos de los países más tranquilos de África. No hay negros fileteando a machete todo lo que se pone por delante, los AK-47 no llegan a patadas a ningún golpista y puedes ir por la calle paseando sin temor a que desaparezcas y seas el plato fuerte de la cena del día siguiente. Entiendo que esto es así porque no tienen diamantes, ni oro ni petróleo, por lo que no tienen nada de valor por lo que matarse entre ellos o que alguien pague para que se maten. La gente (blancos) tiene su coche, y salen a tomarse unas cervezas sin problema, estando un poco alerta simplemente. Un buen país para empezar en África.

Pero a pesar de todo es un cambio chocante, desde que aterrizas. En la aduana, ya empapado en sudor, te avisan para que vayas a su ventanilla siseandote, ssshssshssh, como una serpiente. Es el método habitual de llamar la atención de la gente, o les siseas a los camareros, taxistas y dependientes, o no te hacen ni puñetero caso. El inglés que usan me recuerda a los vendedores del Top Manta y cuesta de entender. La ciudad es un caos de 2 millones de habitantes, donde todas las calles parecen iguales , sin aceras, pocas farolas, sin nombres de calles ni casi indicaciones, exc epto para ir a los comercios. El tráfico es caótico, la gente te asalta en semáforos y atascos para venderte de todo. Lo primero que debes hacer aquí es conseguir transporte: coche y chófer. Ese será mi primer objetivo.

Primera cosa que no mola. Los hoteles son cutres, viejunos y con exceso de habitantes de más de dos patas. Y caros encima. Me he trasladado de uno cutre y caro a uno cutre y barato, con más gente del proyecto. Al menos que no me timen. Los más caros siguen siendo cutres, el estándar africano, así que total, para lo que estoy en el hotel, con cama y ducha decentes y limpias me apaño.

Cosas que molan todavía no puedo contaros ninguna.Sólo llevo tres días y espero que vayan surgiendo y os pueda contar cómo molar aquí. Aunque quizá el poder andar por ahí sin escolta ya es algo que mola en África.

Bueno, aquí termina la introducción. Os espero en próximas entregas.

Contador de cucarachas: 4 Aniquiladas: 2

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